Un pasado hospitalario y un patrimonio elocuente
Martrin no se conforma con ofrecer un entorno auténtico: narra una historia.
En el centro del pueblo, la torre-campanario de los Hospitalarios, erigida en 1392, servía antiguamente como refugio en tiempos difíciles. Adosada a la iglesia de Notre-Dame-de-Septembre, forma un conjunto fortificado de una fuerza poco común.
En el interior de la iglesia, el sepulcro gótico del comendador Pénavayre de Salès, adornado con blasones y motivos tallados, da testimonio de la riqueza y el prestigio de la Orden.
Un poco más lejos, dos estatuas-menhires del Neolítico prolongan este relato humano:
- La de Jouvayrac, descubierta en el año 2000.
- La de La Raffinié, actualmente conservada en el Museo Fenaille de Rodez.
Estas piedras erguidas, silenciosas y poderosas, hablan de un territorio habitado desde hace milenios.
Tradiciones vivas y sabores locales
La tradición hospitalaria de Martrin perdura a través de su encomienda, pero también en los gestos cotidianos.
Aquí, la fouace de Martrin : una especialidad artesanal, esponjosa y perfumada del Aveyron, sigue elaborándose con mimo. Cada habitante la menciona con orgullo, como se transmite un secreto de familia.
En Martrin, el patrimonio se saborea tanto como se visita.
Para una experiencia culinaria inolvidable, les invitamos a cruzar la puerta del restaurante Jean-Christophe – La Caminada.
En un ambiente íntimo, esta mesa de autor en el corazón del pueblo les propone un viaje sensorial, una sinfonía de texturas, aromas y sabores inesperados.
Cada plato cuenta una historia; cada bocado los transporta por un terruño reinterpretado con audacia.
Miembro del Collège Culinaire de France, Jean-Christophe ofrece una cocina sincera, inspirada y profundamente arraigada en el territorio.
Rutas panorámicas entre historia y naturaleza
¿Desean caminar tras las huellas de los Hospitalarios o de los antiguos campesinos del Causse?
Dos senderos señalizados les invitan a explorar este generoso territorio:
- Sendero del Cayla (13,8 km – 4h30 – dificultad media)
Una ruta variada entre crestas y valles, que atraviesa castañares, antiguos caminos empedrados (calades) y encantadoras aldeas, hasta llegar al mirador del Cayla, con vistas sobre el valle del Gos.
- Sendero de Jouvayrac (6,3 km – 2h – fácil)
Más accesible, este recorrido ofrece una hermosa panorámica sobre la tierra de los Grands Causses y las colinas del Albigeois.
Perfecto para un paseo al final del día, entre la luz dorada y el silencio mineral.