Tournemire: ubicación perfecta para desconectar
A tan solo 5 minutos de Roquefort, famosa por sus legendarias cuevas de queso, Tournemire ocupa una posición privilegiada en el sur de Aveyron. Se puede llegar por carretera, por supuesto, pero lo más especial es hacerlo en tren: su pintoresca estación, donde para el Intercité Aubrac, es de las pocas que te dejan directamente en el corazón del Parque Natural Regional de los Grands Causses.
Nada más bajar del vagón, ya sientes que has cambiado de mundo: las imponentes paredes del circo de Brias dominan el pueblo, el Larzac invita a la aventura, y el Combalou, orgulloso e imponente, guarda celosamente las tradiciones queseras de este territorio único.
Una escapada deliciosa entre raíles, senderos… y libertad
Tournemire, ¡cuatro horas bien aprovechadas!
¿Te apetece una aventura tranquila de un día? Elige la fórmula tren + senderismo. Desde la estación de Tournemire-Roquefort, emprende una ruta inolvidable hacia el emblemático pueblo de Roquefort.
El sendero atraviesa los paisajes impactantes del causse, pasando por el collado de las Aiguières, y alterna vistas de postal con panorámicas sobrecogedoras. Una inmersión total en uno de los rincones más hermosos de Aveyron.
El circo de Brias, una joya geológica protegida por Natura 2000
Aquí, la naturaleza impone respeto. Formado por una antigua incursión marina, el circo de Brias se extiende sobre 130 hectáreas de una belleza que deja sin aliento. Con sus acantilados calcáreos, flora rara y aves rapaces como los buitres, este Espacio Natural Sensible es un tesoro geológico que invita a explorar, observar… o simplemente contemplar.
¿Quieres una vista espectacular del causse? Sube hasta la Croix de Gréponac. Desde allí, se despliega un panorama de 360° sobre los altiplanos circundantes, el pueblo de Tournemire, la meseta del Combalou… y, al fondo, Roquefort.
Un momento suspendido que no te puedes perder.
Una pausa dulce entre tradición y pasión
En Tournemire, el placer de comer bien también tiene su espacio. En su obrador Broche & Gourmandises, Jérôme y Séverine preservan con pasión la tradición del gâteau à la broche, un clásico emblemático de las grandes mesas de Aveyron.
A solo 5 minutos de las cuevas de Roquefort, cruza la puerta de su taller artesanal y descubre los secretos de un saber hacer ancestral, transmitido de generación en generación. El aroma, el gesto, el calor del fuego… aquí todo habla de autenticidad.
Y para terminar, ¡llega el momento más esperado: la degustación! ¿De vainilla o de almendras? Una decisión difícil, porque ambas son irresistibles. Pero seamos sinceros… ¿por qué elegir? Llévate las dos en tu cesta y prolonga el placer en casa.
Una cosa es segura: te llevarás un recuerdo delicioso… y muchas ganas de volver.


